Aunque en sus inicios este refrán fue usado para referirse a las cuestiones de amor y la ausencia de la persona amada, popularmente se utiliza para indicar que:
- No se sufre por lo que ignoramos o no queremos saber
- El corazón no siente nada de lo que pasa, porque simplemente lo desconoce
- Cuando alguien no ve, no quiere ver o no se siente afectado por una situación o problema, no puede sentirse emocionalmente involucrado, lo que genera desinterés o indiferencia en poner solución.
El matrimonio formado por el señor y la señora topo ven poco, por lo
que les resbala por completo la situación cómica que ha generado su vestimenta
en los demás, ya que ignoran ser la causa de tal situación, pues no son conscientes de la
misma ni creen ser el blanco de las miradas y risas de los que les observan al
pasar. Por lo tanto, ellos son felices, están enamorados y no prestan atención
a lo que pasa a su alrededor…
Esto enlaza con ese otro refrán popular tan nuestro que dice<< Ande
yo caliente y ríase la gente >>
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