Por otro lado, la locución adverbial «con gusto» expresa que, cuando las cosas se hacen con ganas y son libremente aceptadas o buscadas, no se cuentan las horas que se le dedican ni pesa el esfuerzo, sino que se hacen casi con satisfacción. Por tanto:
El refrán alude a la metáfora de la enfermedad (la sarna) para expresar una situación que, si bien generalmente puede resultar dura y/o desapacible, cuando esta es deseada y elegida, nos resulta más soportable… Aunque a veces moleste.
Quien va tras algo de forma voluntaria , no siente molestias por las posibles incomodidades que puedan surgir.
No importan los sacrificios que soportamos cuando lo hacemos por algo que de verdad nos interesa.
El que sufre un mal por voluntad propia, no lo lamenta.
En la ilustración vemos, por un lado, a un enamorado jabalí empapándose bajo la lluvia mientras da una serenata a su amada cerdita y, por otro, a un orondo topito, sofocado por el ejercicio que se ha autoimpuesto, a fín de conquistar a la bella topita de sus sueños. Esperemos que el sufrimiento de ambos, merezca la pena…
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