Hoy se
levanto Basilia con resaca y mal humor;
se
acostó de madrugada y su ritual diario olvidó:
No se duerme si no tiene, todo, bien recogido,
las
luces bien apagadas y tapones en sus oídos.
Todas
las noches deja las persianas bien bajadas,
el
menaje ya fregado y las puertas bien cerradas.
Procura que los grifos nunca se queden abiertos;
mira
bajo las camas, que no haya vivos ni muertos.
Cada
vez que sale de casa, la misma parafernalia;
bien vaya a
comprar el pan o de viaje por la Galia.
El día
que tienen recados o van a un sitio con hora,
salen
dos horas antes por si su rito mucho demora.
Sus
hijos adolescentes de este tema están hartos;
con
tanto recogimiento, no reconocen sus cuartos.
No
pueden dejar notas, ni apuntes en la repisa;
como
estén muy a la vista, Basilia se los requisa.
Con
tanto orden y limpieza su casa es una locura,
y Basilia ha llegado a tirar, contratos a la basura.
Su
compulsiva obsesión ya contagió a su familia;
la casa
brilla impoluta y todo es gracias a Basilia.
Su
marido ya empezó a desplegar varias rarezas:
manías
que le están dando quebraderos de cabeza.
Y es
que el sabio refranero siempre tiene la razón:
<<Dos que
comparten cama, de la misma condición>>.
Y , si son de otro planeta, puedes echarte a correr:,
pues al hambre se le juntan las ganas de comer...
©Vegalur
Que Bueno, que divertido
ResponderEliminar...las rutinas, tan detestadas a veces pero también necesarias
Siiii, aunque tambien nos esclavizan a veces , jajaja!!!
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