Hoy es día de
fiesta,
el circo llegó
a la ciudad;
niños y niñas
saltan
de gozo y
felicidad.
Nada enturbia
la tarde:
la sed, la
espera, el calor…
Todos aguantan
estoicos
la fila con
estupor.
La carpa ya
abre sus puertas;
el show ya va
a comenzar.
Las luces ya
se iluminan,
el silencio ya es sepulcral.
Por fin, el jefe de pista
hace su aparición;
con su chistera y su smoking
todo es expectación.
Malabares y acrobacias
se suceden sin parar;
el asombro del gran público
va en aumento sin cesar.
De pronto risas y aplausos
se amontonan en las gradas;
el rey de la pista ha entrado,
haciendo mil payasadas.
La magia ya se ha instalado,
la fantasía, la ilusión…
todo es color y esperpento:
vuela
la imaginación.
Con
su sombrero, traje, peluca
y
maquillaje estrafalario,
juega
con la inocencia
del
alegre parvulario.
Con
el pasar de los años
los
niños, que ya crecieron,
siempre
recordarán
la
emoción que en el circo sintieron …
©Vegalur