En el país de los
verdes bosques, llamado Bosquilandia,
se halla un feliz
lugar, por nombre Villa Animalia:
Aldea de bellas
flores, enormes prados, bonitos huertos y
un mar azul.
Miles de especies
la habitan y todos allí, se respetan,
se ayudan, quieren
e invitan.
El alcalde Don
Leonardo, un león noble y gallardo*
pone el orden en la
aldea,
no permitiendo nunca
, ni contiendas* ni pelea.
La ratita Doña
Presu enseña a los más pequeños,
y no deja de
vigilarles ni cuando cogen el sueño.
Don Prismáticos el
halcón y la jirafa Foresta
cuidan del medio
ambiente no dejando de estar alerta.
Si hubiera algún
percance o incendio se produjera,
siempre acude
presto el equipo de Don Manguera,
un elefante gruñon al frente de los bomberos,
pero muy diestro* y eficaz ante pirómanos* y gamberros.
Don Hipo cuida el
rio Cauce con la ayuda de Don Rino,
grandes amigos de
infancia, de juegos y ahora vecinos.
En lagunas y
charcos, la reina es Doña Croata,
una rana saltarina,
alegre y de voz muy grata.
Junto a su esposo Don
Saltón, un sapo obeso y mayor,
las aguas lucen muy
limpias, brillando que es un primor.
El mar, por nombre Bravío,
de intenso azul y enormes olas,
es la mejor
diversión y a los pezqueñines más les mola.
Con monitores
delfines, practican la natación,
vigilados por Don
Tigre, el tiburón instructor.
Juegan con los
erizos, estrellas y caracolas,
con las perlas de
las ostras juegan a carambola.
La ballena Tobogán les sube en su enorme cola,
se columpian en
ella y se lanzan contra las olas.
Los jardines por doquier*, son cuidados con esmero* ,
por Regadera, la
mariposa, y su fiel equipo de obreros.
Cientos de
saltamontes, libélulas y pulgones,
riegan plantas y
flores por cada uno de los rincones.
La avispa Doña
Veneno y el abejorro Zumbón,
trabajan sin
descanso con la polinización.
La rica miel que
elabora, el grupo de Doña Obrera,
la venden a Picaflor,
la rica abeja pastelera
El gran
huerto común, enormemente solaz*,
Lo dirije Don
Arrastrao, el caracol capataz*
su mujer
Serpentina, una pitón muy fina,
y dos de sus
jornaleros, las lombrices Húmeda y Suavón,
que, ataviados con
grandes sombreros , trabajan al mismo son.
La cuadrilla de
hormigas, lideradas por Trabajera,
transportan la
recolecta con ayuda de Don Solera,
un lagarto muy
marchoso, ligón y de buen talante*
al que todas las
lagartijas quieren <<echarle el guante>>.
La vigilancia del
huerto, el pozo y la limpia alberca,
la ejercen los
caballos Tozudo, Veloz y Crin”
y también la mula Terca.
El burro Don
Orejón, el más viejo de la villa,
capitanea* de maravilla la enorme granja de labor.
Tenemos a Don
Kiriko al frente del gallinero,
un gallito capaz,
mandón y muy altanero*.
Todas las
gallinitas se pírran* por sus galones,
y aunque piropos
hay para todas,
para “Cloe“, son las mejores.
Disputa por su
querer con el palomo Don Buche,
Conquistador, veleidoso*, fanfarrón* y también goloso.
Cuenta Villa
Animalia con un recinto ferial,
donde celebran sus
fiesta con todo el reino animal.
Cada vez que hay un
evento de orden municipal,
Don Pregón , el oso
hormiguero, lo debe comunicar
y si no Doña Parlante, la cotorra de Radio
Loral .
Allí se dan cita
todos cuando es gratuita la entrada,
y acuden <<requetecompuestos>> ,
vestidos todos de gala:
La vaca Doña
Rumianta, la lechera con sobrepeso,
el carnicero Rayado,
un tigre de lo más tieso,
Don Memorión,viejo
búho, el trasnochado maestro,
y hasta el fúnebre Don Carroña, el gran buitre
siniestro.
Actuaciones de prestigio* están en boca de todos,
como la
orquesta de Don Batuta, el colibrí
magistral,
o el ruiseñor Don
Pio, barítono excepcional;
la soprano Doña
Opereta , oropéndola de postín*,
así como el
trompetista, el petirrojo Don Flautín.
Todos bailan y cantan en todos los espectáculos,
mientras vigilan la
puerta Manazas y Don Tentáculos,
Dos pulpos muy
amaestrados para ser guarda-jurados.
Nadie molesta en
las fiestas, salvo Risitas y Doña Pelma,
Una hiena estridente* y una mosca solterona con mucha flema*.
En fin, en Villa Animalia, solo reina la alegría,
flora y fauna se
respetan conviviendo en paz y armonía.
© Vegalur
