La expresión viene de un proverbio grecolatino, que utilizaron algunos filósofos como Aristóteles y Cicerón, en el sentido de “un nuevo amor saca al viejo amor, como un clavo a otro”. Es decir, para referirse a las penas de amor, aunque también puede aplicarse a una situación conflictiva, en que la aparición de un nuevo problema hace olvidarse del primero.
En ocasiones, un mal hace olvidar otro similar que estaba causando muchas molestias. Suele aplicarse a asuntos amorosos, concretamente a la persona que ha sufrido un desengaño amoroso.
Un sufrimiento es olvidado tan pronto como otro asunto del mismo calibre o tenor aparece y ocupa la mente.
Otros refranes con sentido equivalente o semejante pueden ser los
siguientes: “El dolor de cabeza, hace olvidar el de la oreja”, “Amores nuevos, olvidan viejos” o “Lo que tiñe una mora, otra verde lo descolora”.
En la ilustración, a nuestro amigo perro le han roto el corazón, pero se ha repuesto rápidamente cuando ha encontrado a otra linda perrita que le ha hecho “tilín“ y le hace estar nuevamente ilusionado…
Este es uno de los refranes que más dicotomía causan, pues no todo el mundo lo ve como una buena opción; en asuntos de amor, por ejemplo, algunos piensan que no basta con buscar a alguien que ocupe tu corazón para sacar de él u olvidar a otro/a que te hizo daño, te dejó o te hizo sufrir...
