jueves, 4 de abril de 2013

Villa Animalia, la aldea feliz ( 4ª y última parte )


Caso resuelto y desenlace feliz...

A primera hora de la tarde, se dirigieron, pues, dirección al recinto ferial donde ya estaban ultimando los preparativos para su próxima función circense de las cinco de la tarde. Decidieron colarse por la parte de atrás, entre bambalinas suponían estarían ensayando los artistas  para la función; de repente, hubo algo que llamó la atención de Sabueso: Junto a un grupo de chiguaguas bailarines, que supusieron estarían ensayando su número circense, se encontraba una cría; lo increíble es que no era una cría animal como los de la  aldea; ésta tenía un aspecto humano como los que habían encontrado en sus archivos cuando saltó el rumor  de la presencia de habitantes de Villa Humana en el circo.
Mira Perspicaz, es una cría humana, exclamó Sabueso; esto quiere decir que su madre , puede andar por aquí cerca o lo que es lo mismo,  que humanos adultos viven efectivamente en el circo .
Vale de acuerdo, pero aunque  así fuera , no tiene por qué decir nada., comentó Sabueso.
Perspicaz propuso hablar con la  cría  por si nos cuenta algo …
Sabueso estuvo de acuerdo, y sigilosamente para no levantar sospechas y no ser vistos, se acercaron a la criatura que resultó ser una niña de lo más preciosa y dulce.
Hola bonita, ¿ Sabes hablar ? ¿ Cómo te llamas? - Dijo Sabueso –
La niña, asustada, al ver a dos perros desconocidos que le hablaban,  salió corriendo despavorida llamando a su padre.
Vamos, vamos Perspicaz -, corramos para salir de aquí –  se apresuró a decir Sabueso; pronto acudirá el padre de la niña y no sabemos lo que nos podemos encontrar ; pero cuando se disponían a salir, pasando por delante de las  caravanas de los artistas oyeron un ruido de pisadas y antes de poder dar la vuelta, se toparon con Don Barbudo , el presentador del espectáculo, quien , de muy malas pulgas les preguntó que hacían por allí y que es lo que habían venido a buscar … Gruñó y tartamudeando un poco les mandó alejarse por donde habían venido pues la función iba a dar comienzo.

Decidieron alejarse  para no levantar sospechas con la intención de volver al anochecer cuando la función hubiera terminado. Así fue y cuando Don Cuquillo , anunció en el reloj de la plaza las ocho en punto , se dirigieron de nuevo hacia el ferial; cuando divisaron que las luces de la carpa se habían apagado , los dos detectives ,volvieron a la carga sigilosamente. Al pasar por la caravana de Don Barbudo, escucharon unas voces alteradas y lograron escuchar parte de la conversación; en ella, el maestro de ceremonias hablaba de tener cuidado pues la policía estaba merodeando por allí , haciendo referencia al reciente encontronazo que había tenido justo un poco antes con nuestros detectives. No pudieron ver nada por las ventanas pero escucharon perfectamente al otro interlocutor decir: “ Pues ya te puedes encargar de ellos , Barbudo ; recuerda como llegaste aquí y en lo que te has convertido ; a nosotros nos debes esta buena vida y no querrás perderlo todo, ¿verdad? “ – le decía en un tono bastante agresivo y amenazante - 
Sabueso y Perspicaz no daban crédito y cada vez tenían más claro que  algo extraño se ocultaba tras la carpa del maravilloso circo; sea lo que fuere, estaban dispuestos a llegar al final para descubrirlo; pero tendrían que tener cuidado pues aún no imaginaban que relación podían tener con la desaparición de los pequeños de la aldea, si es que la había…

Con sumo sigilo, se dirigieron hacia los unos carromatos que estaban en la parte posterior de la carpa; estaban cubiertos con unas enormes cortinas color granate y de allí no parecía salir ningún ruido. Se acercaron y levantaron  muy despacito una de las esquinas y  se encontraron con algo insólito: Allí yacían en el suelo un par de osos pardos de enorme tamaño encerrados tras unas rejas.
Pero , de qué va esto ¿ exclamó Perspicaz- Qué significa una cárcel en un circo ? Por otra parte- Dijo Sabueso- No recuerdo haberlos visto actuar en la función de circo. No presentaron ningún número de osos, que yo sepa, ¿ Verdad?-  Verdad – Contestó su compañero- . Así pues, aunque parecían dormir, decidieron salir de dudas preguntando a los prisioneros:
Eh amigos!!!, ¿ Porqué estáis ahí, que habéis hecho para estar encerrados?- Al no responder, insistieron de nuevo - No temáis , somos vecinos de esta aldea y venimos en son de paz; solo queremos hablar con vosotros .

De repente, uno de los osos, se despertó y dando un espantoso gruñido se levantó, vino hacia ellos  y agarrándose a las rejas, zarandeó un poco el carromato en tono de protesta; en cambio, no dijo palabra. Sabueso insistió en preguntar pero no recibió respuesta alguna sino nuevos gruñidos que más bien parecían gritos de angustia o desesperación. Sus gruñidos empezaron a ser más elevados cada vez, de manera que los detectives decidieron alejarse por temor a ser descubiertos. Cuando se disponían a abandonar el lugar, algo llamó su atención; en otro de los camiones de al lado y colgado de la puerta divisaron un objeto que ya habían visto en otra ocasión: ¡Un látigo!
En efecto, recordaron que ya les sorprendió el primer día de la función. Apareció al final del espectáculo, de la mano de aquel “ ser “ disfrazado de humano, según les había dicho D. Barbudo , y que les pareció de lo más extraño y  fuera de lugar; incluso aterrador e incomprensible. Recordaron que no dejó indiferente a ninguno de los asistentes al circo ese día de espectáculo. Entre ellos, comentaron que se enterarían si había pasado lo mismo en la siguiente función.  Abandonaron el recinto decididos a volver al día siguiente por la mañana con alguna excusa rutinaria. Tenían tres días más para resolver el misterio que envolvía al circo y descubrir la posible relación con las desapariciones de los pequeños, que por otra parte, seguían sin dar señales de vida en este segundo día de investigación … 

Mientras, y sin sospecharlo siquiera, Alma Mª,  la niña que los detectives encontraron en el circo y a la que no pudieron sonsacar nada,  era la hija del dueño y éste le había encomendado una tarea muy especial. Desde ahora, sería la encargada de alimentar  a los animales más pequeños que acababan de traer a casa. Se trataba de un pequeño gamo y una ardillita de lo más simpática que iban a formar parte de la familia. La pequeña Alma estaba encantada con la misión que le había sido encargada por su padre …Tendría que darles la comida diaria y ocuparse de los cuidados;  podría además enseñarles cosas como  sumar ó bailar pensando en un nuevo espectáculo que tenían idea de preparar. Alma  era una niña muy despierta para sus 10 años y su padre había pensado que podría ya empezar a amaestrar a algunos animales, empezando por los más dóciles. Nuestros amigos Gameto y Cascanueces serían perfectos para tal fín. En cuanto a  los gemelos leoninos , habían tenido peor suerte pues serían amaestrados por el propio dueño y Alma ignoraba los duros métodos  de su padre…
Esa primera mañana de trabajo , Alma, se dirigió cantarina a la pequeña jaula que su padre tenía apartada en un lugar oculto de su caravana .Allí retozaba Cascanueces mientras Gameto, no paraba de gemir al tiempo que lamía sus patitas.
Hola bichitos! - Dijo alegre Alma Mª, sin esperar como era lógico,  respuesta alguna.
¿Y tú quién eres?- Contestó asustado Cascanueces; nunca he visto en Animalia alguien como tú … ¿Cómo? pero ¿ Es que podéis hablar ? ¡No puedo creerlo!,– respondió muy sorprendida Alma Mª
¡Anda, pues claro! , ¿Qué te crees tú?. contestó despabilada nuestra ardillita.
Pe…pe…pero yo creía que los animales no podían hablar como nosotros, los humanos , al menos en mi ciudad no existen ; para que hablen les tienen que enseñar primero y aún así… solo algún loro o papagayo son capaces de hacerlo y no tan bien como vosotros, desde luego. Excepto Barbudo, claro, pero es que él es un caso especial…

Y ¿ Qué le hace tan especial ?. Cuéntanos …
Bueno, no sé… dijo Alma Mª - Cuando yo nací, ya estaba aquí viviendo entre nosotros. Yo no sé de donde vino ni si le enseñaron en el circo a hablar pero el caso es que yo lo conocí hablando tan bien como uno más de nosotros.
¿Cómo te llamas? , preguntó Gameto, que se había incorporado al oír la conversación...
Me llamo Alma Mª de la Rosa , pero podéis llamarme Alma si así lo queréis. Gameto y Cascanueces se presentaron a su vez.
¿Dónde está tu mamá ?dijeron...
No tengo- contestó ella , solo vivo con mi papá; también viven con nosotros dos tíos y mis primos aparte de los que trabajan en la función. Todos son artistas y formamos juntos una gran familia.
Y, ¿Qué le pasó a tu mamá?, preguntó triste Gameto , pues se acordaba mucho de la suya...
Murió en el circo cuando yo era muy pequeña ; me lo contó mi papá.
¿Por qué  motivo? - Preguntó intrigado Cascanueces
Ella hacía un número con los elefantes y un día fue aplastada por uno de ellos. Ese mismo día mataron al culpable .¡Odio los elefantes! porque mataron a mi mamá y papá no dejó de llorar desde ese día… Y diciendo esto, se levantó algo triste  y se marchó corriendo despidiéndose con un rápido adiós.
Nuestros amigos le gritaron: ¡Vuelve  pronto Alma y no le cuentes a nadie nuestro secreto…!
Vale, no os preocupéis;  volveré luego ;es dijo lloriqueando mientras se alejaba …



Sabueso y Perspicaz habían vuelto por el recinto ferial por la mañana un poco antes de clarear para merodear en los alrededores de la carpa; querían descubrir algún carromato más y poder encontrar alguna pista antes de empezar a interrogar a los artistas; también pretendían interrogar a los organizadores del espectáculo, fueran quienes fuesen . Si no conseguían nada, se harían con una orden de registro. No podían perder más tiempo pues en dos días el circo se iría de la aldea y quién sabe si volverían a verlo más.
Al parecer todos dormían y aprovecharon para dar una vuelta por los carromatos de  alrededor. Junto al camión de los osos, encontraron otro aún más grande del que salían unos grandes gruñidos que les recordó al barritar de los elefantes. Así era, y  cuando levantaron la enorme cortina que los cubría, de nuevo… ¡ Ohhhhhhhhhhh! Otra enorme jaula con barrotes les cercaba sin poder salir; tan solo su enorme trompa apareció de entre las rejas para saludarles.
Eh amigos, ¿Cómo estáis, por qué os encontráis encarcelados? ,les preguntaron. Ninguno abrió la boca excepto el más pequeño…
Una cárcel no , en realidad … Normalmente vivimos aquí, día y noche ; sólo salimos para hacer nuestro número diario tras ser entrenados por el domador de turno.
¿Domador ?… ¿A qué te refieres con eso?
Es el que se encarga de decirnos lo que tenemos que hacer.
Y ¿Os tratan bien, os dan de comer y beber? Dijo Sabueso , dirigiéndose  a un elefante  algo maltrecho y mayor -
No te molestes- dijo de nuevo el más pequeño, ninguno de ellos sabe hablar,  excepto yo; llevo años intentando comunicarme con ellos y desde que llegué siendo aún muy pequeño, nadie me sabe responder ;  No me preguntéis por qué pues yo tampoco lo entiendo…
¿Estáis aquí entonces en contra de vuestra voluntad?- Preguntó Sabueso-
Ellos no sé… a mí me trajeron a la fuerza y era tan pequeño que no recuerdo nada de mi vida anterior … 
Hummmm ,algo me huele muy , pero que muy raro aquí , añadió Perspicaz- y  despidiéndose del elefante, prosiguieron la marcha, descubriendo con horror que lo peor les aguardaba; junto al último carromato, de pié, se encontraba un hombrecillo que a voz en grito sacudía con furor el látigo,  hostigando a los animales que allí dentro se encontraban. Les   amenazaba con no darles de comer si no hacían lo que él les pedía.

Horrorizados, se dieron la vuelta acercándose de nuevo al pequeño elefante quien les contó que en ese carromato había un grupo de leones, que tampoco hablaban y que eran vilmente fustigados si no cumplían fielmente las órdenes de su domador. Por eso - les contó con miedo en sus palabras- yo prefiero obedecer y hacerles creer que no soy capaz de hablar para evitar que me castiguen…
Y los demás artistas, ¿Son domados también … por los humanos ?
Claro que sí; aquí nadie hace nada sin que el dueño del circo , el Señor Malasombra , cómo aquí le llaman todos , lo sepa ;cada número de circo está controlado por uno o varios domadores que les enseñan todo cuanto hay que hacer… y ¡ Pobre de ellos si se equivocan ó no les obedecen !
Gracias joven – dijeron a dúo los detectives- y se marcharon de allí con  la intención clara de interrogar a todo el personal, empezando por Don Barbudo.
Mi nombre es Trompito, recuérdenlo – les gritó –…¡Hasta pronto!
Habrá que ir con cuidado- avisó Sabueso -; nadie debe sospechar todo lo que hemos averiguado; además- continuó- no sabemos todavía si tendrán algo que ver con la desaparición de nuestros pequeños; son culpables de maltrato y por privar de libertad a los animales de su circo pero no es seguro que además sean unos desalmados capaces de raptar a los nuestros. Todavía no hemos descubierto nada al respecto … Lo primero que hicieron fue llamar a la puerta de la caravana de  Don Barbudo, el maestro de ceremonias; Le dieron los buenos días y le contaron el motivo de su visita. Le dijeron que varios de sus pequeños aldeanos habían desaparecido al día siguiente de su primera función    y  que no habían vuelto a verles. Tras incesantes búsquedas y rastreos no habían conseguido nada y por ello habían comenzado a interrogar a todo el mundo en la aldea,  lugareños y extraños.

Don Barbudo, al que habían pillado de improviso y a medio vestir, les contestó que no sabía nada al respecto; Le preguntaron desde cuando trabajaba en el circo y cuál era su ciudad de origen  a lo que contestó que no lo recordaba pues siempre había estado allí , desde que era una cría … Comenzaba a sudar cada vez más y a trabarse en sus frases, lo que hizo sospechar a nuestros intrépidos detectives. Le preguntaron si podían interrogar al resto del personal y muy a la defensiva les contestó que no sin el permiso de Don Severo, el dueño del circo. Como el dueño no se encontraba en el recinto, quedaron en volver con una orden judicial y le pidieron que todo el mundo estuviera disponible para ser interrogado esa misma tarde; además, registrarían todas las caravanas, carromatos y todo lo que hiciese falta…
Cuando Don Severo volvió, Barbudo le puso al corriente de todo. El dueño, reunió a todo el personal para avisarles y encomendarles que tuviera el pico cerrado. Como ignoraban que el pequeño Trompito había hablado largamente con ellos y el resto de animales no sabía decir ni mu, estaban tranquilos; solo debían preocuparse de esconder bajo llave y en lugar oculto las jaulas de los cuatro pequeños lugareños. Para gozo de nuestros amigos, se olvidó sin embargo, de la pequeña Alma…

Sabueso y Perspicaz regresaron al pueblo dirigiéndose al ayuntamiento para dar la noticia a Don Leonardo; tras ponerle al corriente , le dijeron que estaban tras una buena pista y para ello necesitaban una orden del juez Don Justo , el viejo azor,  quien debía firmar con su justa pluma la autorización para el registro y el interrogatorio general.  Así lo hizo.Nuestros héroes, comieron cualquier cosa en el restaurante de Don Buche , en cuyo cartel de la puerta dice : “ Casa de Don Buche , el palomo, donde yo me lo guiso y  yo me lo como “ ; esto es debido a su fama de cocinar de una manera rápida y por sus platos sencillos y ligeros. Comieron en 10 minutos y volvieron al “ lugar del crimen “ , como a ellos les gustaba decir; querían llegar antes de que diera comienzo la función de las cinco , como cada día .

En la puerta del circo les esperaban D. Barbudo y  D. Severo, el dueño humano del circo ya sin su disfraz, quien de una manera sospechosamente simpática les invitó a pasar a cada una de las caravanas, presentando a todos los empleados del circo. Les explicó que los “ domadores “ se encargaban de alimentar y entrenar a los animales del circo , quienes eran los verdaderos y auténticos “ artistas “ ; preguntado por el látigo por supuesto que negó todo tipo de maltrato animal pues añadió que lo tenían solamente como medio de defensa personal en caso de ser asaltados en la noche por cualquier desalmado … así de sencillo .

Registraron todas las caravanas y carromatos pero ni rastro de los cuatro pequeños desaparecidos…Mientras y en la caravana del dueño se encontraba Alma Mª ; había un pequeño zulo entre la cocina y el dormitorio dentro del cual se encontraban los pequeños al cuidado de la niña; el padre la había ordenado esconderse allí con las jaulas y aunque quiso saber por qué, le encerró con llave sin darle ninguna explicación…
Alma por favor , le dijo Gameto – déjanos salir, nos están buscando a nosotros; queremos ir con nuestra familia. Tú ya  tienes la tuya aquí… Echamos de menos a nuestra mamá, igual que tú
Si pero la mía ha muerto y no volverá …Y un animal odioso tiene la culpa …
Pero Alma eso fue un accidente … ¿ Crees de veras que el elefante quería matar a tu mamá ?   En nuestra aldea los elefantes son muy buenos y trabajadores. Algunos además realizan tareas muy importantes salvando vidas como Don Manguera y  su equipo de bomberos. Nuestra maestra por ejemplo la ratita Doña Presu nos quiere mucho y enseña muchas cosas. Nos ha dicho alguna vez que hay seres malvados en otras villas lejanas donde se maltrata a los animales como nosotros y creo que en este circo hay gente así.
Sí, sí- asintió Leopoldo , uno de los leones gemelos – el otro día oí gritar a Don Severo, tu padre , y le decía cosas muy feas a uno de los leones más mayores , mientras que daba latigazos.
No. No, pero no les pega…Solo les asusta para que le hagan caso; papá no es malo, no es verdad!…
Pero entonces contesta, ¿ Porqué nos han secuestrado y  que piensan hacer con nosotros?
Ellos quieren enseñaros el oficio del circo y que forméis parte de nuestra gran familia…¿Es que no queréis estar aquí ?
Yo sí hubiera querido - se apresuró a responder Cascanueces -  en verdad  yo pensaba que habría sido bonito para tal vez un día unirme a vosotros,  pero no así … Nunca pensé que los animales no vivían en libertad . Aquí todos viven entre rejas como en una prisión y algunas veces con miedo a ser maltratados… He podido oír sus lamentos por la noche.
No sé , dijo Alma;yo he vivido siempre de este modo y no creo que ni esto sea malo ni los animales infelices, aunque claro ellos no hablan como vosotros para decir lo que piensan ...
Tu no eres mala , ya lo hemos visto ; siempre nos has tratado y hablado con cariño pero si seguimos aquí quizás nos hagan hacer cosas que nosotros no queremos bajo la amenaza del látigo. No quieras eso para nosotros Alma … déjanos ir , por favor
No puedo, de verdad – Mi padre se enfadaría mucho conmigo , lo siento.

Fuera las cosas no iban demasiado bien para nuestros detectives ya que no encontraban ningún indicio para sospechar de D. Severo y su circo.
Se dispusieron ya a marcharse pues no había nada más que hacer allí y Don Severo se quedaba restregándose las manos por el triunfo.
Cuando hubieron desaparecido, Alma salió del agujero con su padre preguntándole por lo sucedido… D. Severo no la prestó ninguna atención haciendo como si no la hubiese escuchado. - Déjame ahora, hija , me han entretenido mucho esos “ perruchos “ y tenemos que prepararnos para la función -

Al terminar la función, Alma corrió a visitar la  caravana de Don Barbudo, tío Barbudo , como ella lo llamaba pues era considerado como un  segundo padre para ella; quería disimuladamente , sonsacarle alguna cosa. Le encontró hundido y algo lloroso y cuando le preguntó lo que le pasaba, le contestó que estaba algo confuso por lo acontecido pues algo había en esta aldea que le resultaba familiar...y le hacía entristecer.
La niña quiso saber desde cuando estaba con ellos y por qué sabía hablar. Barbudo, haciendo un esfuerzo mental, recordó que había hablado siempre, desde que podía recordar; que siendo aún muy pequeño le apartaron de su madre prometiéndole  una vida mejor pero después nada fue como esperaba…
Pero quién, tío Barbudo… ¿Quizás papá?, preguntó ansiosa Alma...
Pequeña yo os quiero mucho , sobre todo a ti y a todos los que trabajan en el circo ; son muchos años juntos y tengo mucho que agradecer a tu padre ; por eso no quiero hacerte daño , aunque haya algunas cosas que no comparto , como el trato a algunos animales…
Ahora ya no puedo ir a ningún lado, ya soy mayor; por eso callo y procuro ser complaciente con todo el mundo…
Tío Barbudo, esto puede cambiar… Puede que no sea tarde. No digas nada a nadie, sobre todo a papá , de acuerdo ? Y salió rauda y veloz hacia su caravana, dejando a su “ tío “ suspirando y resoplando tirado en la cama…

Sabueso y Perspicaz, deprimido por su ausencia de pistas, no querían darse por vencidos; se alejaron del circo, pensando que algo ocultaban entre todos y con la idea de estar cerca del paradero de los pequeños. Todo tenía sentido al descubrir que los artistas eran entrenados por los humanos bajo el maltrato y amenazas; imaginaban que podrían haber raptado a los pequeños con el fin de ponerlos a trabajar para hacer algún número circense. Más aún, después de haber averiguado en la comisaria que en los circos procedentes de Villa Humana son frecuentes los domadores de animales; lo que ignoraban,  es que los animales  que actuaban como artistas vivían entre barrotes y privados de libertad como en una prisión.

Por eso, decidieron que volverían  al anochecer pues nadie les esperaría y contarían con el factor sorpresa para descubrir algo por fín …Hacia medianoche , se dejaron de caer de nuevo por allí, aguardando pacientemente tras uno de los carromatos esperando que todo estuviera en silencio .Tras diez minutos de espera, la suerte les sonrió; la caravana de Don Severo se abrió y de ella salieron  Barbudo y él charlando acaloradamente; se dirigían probablemente hacia a algún lugar más apartado para no despertar a los que ya dormían .En ese mismo momento el detective Sabueso aprovechó para colarse dentro mientras su compañero Perspicaz , se quedaba vigilando fuera. Una vez dentro, descubrió con asombro como Alma,  estaba despierta y hablando entre susurros con alguien que, bajo su cama, se encontraba encerrado en una pequeña jaula. Una de esas voces fue reconocida por nuestro ex-policía como la de Cascanueces, la pequeña ardilla extraviada; Sabueso, se acercó sin hacer ruido pero tropezó con un objeto de la caravana, percatándose Alma de su presencia. Lejos de asustarse, le reconoció  y emocionada saltó de la cama diciéndole:
Venga Don policía, debe darse prisa; coge las jaulas que están bajo mi cama y corre antes de que mi padre vuelva… cuando regrese , me verá dormida y se  imaginará que alguien entró en su ausencia y robó las jaulas. Entonces dirigiéndose a los cachorros les dijo – Adiós amiguitos,  os echaré de menos.
Gracias amiga - dijeron al unísono los cuatro cachorros- ,  nosotros tampoco te olvidaremos.
Salieron de allí y cuando se unieron a Perspicaz no pararon de correr hacia el pueblo, sin mirar atrás.
Lo primero que hicieron los detectives fue devolver uno a uno los cachorros a sus respectivas familias quienes lloraban de emoción abrazados a sus pequeños.
Don Leoncio prometió condecorar a los detectives por su proeza y celebrar en su honor una gran fiesta donde no faltaría de nada, festejando así el encuentro de los cachorros.

A la mañana siguiente del rescate, los cuatro cachorros  hicieron su aparición en la escuela donde todos les recibieron con saltos de alegría; en especial la maestra, quien reía y lloraba de emoción al mismo tiempo. Todos se abrazaron a ellos y una vez en sus asientos Cascanueces, y  Gameto relataron el suceso desde el momento en el que decidieron escaparse  para ir al circo hasta llegar allí y ser raptados por los empleados al servicio de Don Severo. Les contaron su experiencia y les hablaron de Alma, la dulce niña que les cuidaba y ayudó a ser rescatados.
A continuación, los gemelos relataron también su caso: De camino al colegio y sin desviarse fueron asaltados por un hombre que les ofreció caramelos por indicarle la dirección del circo; entonces, les metió de un empujón en su caravana y con la ayuda de otro les encerró en una jaula donde permanecieron todo el tiempo hasta que los detectives les rescataron con la ayuda de la niña. Por lo que habían escuchado decir, tenían la intención de enseñarles a hacer números de circo, pasando por aros de fuego y otras cosas peligrosas. Confesaron a todos que pasaron mucho miedo…

Tras escucharles a  los cuatro relatar sus horribles experiencias, Doña Presu se puso algo más seria para darles una pequeña charla sobre los peligros que encierran algunas de nuestras inocentes acciones como: Hablar o  aceptar regalos de los desconocidos, y aún peor en el caso de Gameto y Cascanueces por engañar y escaparse del colegio sin permiso de la maestra ó los propios padres. Todos prometieron no volver a hacerlo pues estaban muy arrepentidos.

Ya sabemos – añadió Doña Presu- que hay humanos poco amables y poco respetuosos con los de la especie animal pero tampoco debemos generalizar pues hay quienes , como en el caso de Alma , poseen buen corazón y encierran buenos sentimientos hacia nosotros y nuestros semejantes. Hoy hemos aprendido una buena lección y es que “ Los Humanos  pueden ser amigos de los animales pues somos, como sabéis, especies distintas pero podemos y debemos  convivir en armonía , respetándonos mutuamente “ . Hoy es un feliz día para todos nosotros.
Para celebrarlo y por orden del señor alcalde, Don Leonardo, se había anunciado una gran fiesta con confetis y muchas golosinas , bailes y manjares de todo tipo a la que todo los vecinos quedaban invitados.
Para la policía y sus dos respetados detectives, solo quedaba una cosa por hacer; Había que arrestar a Don Severo como primer responsable del rapto de los pequeños; sin embargo y  teniendo en cuenta que los cuatro estaban sanos y salvos y que gracias a su hija Alma habían podido ser rescatados sin ser lastimados, decidieron multarle gravemente sin necesidad de privarle de libertad. Eso sí, para ello tendría que desaparecer de aquellas tierras y sus aldeas vecinas para siempre y debería dejar libres a todos cuantos animales no quisieran seguir viviendo en esas condiciones bajo la carpa de su circo. Don Severo aceptó sin protestar, pensando sobre todo en su hija, a la que quería por encima de todas las cosas; aunque él había hecho cosas feas, no quería dejar sola a la niña , habiendo perdido ya su madre. Ya buscaría otra forma de ganarse la vida sin lastimar a nadie…
En cuanto a Don Barbudo, tras escuchar el castigo impuesto de boca del comisario jefe, se acercó titubeante a Don Leonardo y le pidió su permiso para poder  instalarse en la aldea. Les confesó que, hace muchos años, siendo  aún una cría no más grande que los cuatro cachorros salvados,  el mismo fue raptado por el antiguo dueño del circo, el abuelo de Alma, siendo apartado de su madre y su aldea. Logró recordar que había vivido en una aldea  parecida a ésta y es por eso el sabía hablar en el mismo lenguaje que los vecinos de Villa Animalia. Desde que se instalaron en esta aldea, le embargó un sentimiento de nostalgia que no lograba adivinar pues todo esto le resultaba familiar. Quería recuperar el tiempo perdido y deseaba poder vivir lo que le quedara de vida entre los suyos, tranquila y sosegadamente. Don Leonardo, visiblemente emocionado, le dio sin dudarlo la bienvenida  a la aldea y aún se le ocurrió algo mejor que proponerle: Como en la aldea no existía ningún circo y  todo el mundo había quedado encantado con el espectáculo, le dijo:
¿Qué le parece si montamos una escuela de circo para todos aquellos que  quieran aprender el oficio?  Por supuesto usted sería el  director al frente de esta escuela. ¡Quién mejor para formar a los futuros artistas que alguien que ha pasado toda su vida bajo una carpa!. Sería además un honor para nosotros contar con su experiencia. Con los años, nuestra aldea podría contar con su propio circo y llevar su espectáculo por todos los pueblos y aldeas de estas tierras.  “ El Gran Circo de Villa Animalia “ o mejor “ El Gran Circo de Don Barbudo y su aldea feliz “. Todos sonrieron ante esta generosa y estupenda propuesta de Don Leonardo.
¿ Qué le parece Don Barbudo?,  le preguntó el alcalde , ¿Acepta mi propuesta?.
Si, si,  Barbudo , dijo Trompito ,  el elefante que también hablaba y que había servido de  gran ayuda en la investigación policial.
Si aceptas, yo también me quedaré aquí y seré tu ayudante; al fín y al cabo, yo debo pertenecer también a estas tierras  y nada me ata a este circo salvo los malos recuerdos… Aquí podremos tal vez comenzar de nuevo y formar un día nuestra propia familia.

Esta aldea y sus habitantes parecen muy acogedores… ¿Qué opinas Barbudo?.  Enseñaremos  a todos los que quieran aprender con nosotros.
Por mí de acuerdo, respondió Barbudo...
¡¡¡Bravo!!! , celebró  Don Leonardo. Ya tenemos hoy otro motivo más de celebración. Ahora vamos a contarles todo esto a nuestros vecinos sin tardanza.  

…Todos lo celebraron y Villa Animalia volvió a ser de nuevo una aldea feliz…

                                                                          -FIN -            

     ©Vegalur ( Cuento registrado con expediente Nº:  09.RTPI-05332.8/2016 )

 

                                                    

Villa Animalia, la aldea feliz ( 3ª parte )



¡Desaparición en la aldea!: Sabueso y Perspicaz entran en acción...


Mientras y durante el recreo de la escuela, donde todos comentaban las proezas que vieron en la función, dos amigos comentaban apartados del resto de sus compañeros acerca de hacer una escapadita por los alrededores del circo y colarse dentro. Estos dos traviesos eran Gameto, el hijo pequeño de Doña Graciela, la cierva y el galante gamo D. Corneta  y por otro lado, Cascanueces , la lista y simpática ardilla pero tremendamente enreda y juguetona que vivía sola con su abuela. La ardillita pensaba que quizás pudieran ver los ensayos o hablar con alguno de los artistas pues se habían quedado tan maravillados con las actuaciones, que les había entrado ganas de saber más cosas; a ella incluso se le había despertado el gusanillo de ser artista; quería saber cómo se preparaba uno para trabajar en un circo y ser uno de ellos. Tenía una vena vagabunda desde que sus padres murieron y su vieja abuela Doña Dentona , pronto moriría quedándose solita en Villa Animalia¸ así que tal vez, pudiera ser una oportunidad de labrarse un futuro...  Gameto, por su parte, que era de naturaleza inquieta  y también curiosa,  era muy confiado sobre todo si estaba junto a  su amiga del alma; por eso no se pensó dos veces la propuesta de escabullirse durante el descanso de la clase para visitar y ver el circo de cerca. Así lo hicieron, pues, aprovechando un descuido de Doña Presu,  poniendo rumbo de inmediato  hacia el recinto ferial. Se dijeron a sí mismos que volverían justo a tiempo para la clase siguiente al recreo pero lo cierto es que ya no regresaron a la escuela. La maestra preguntó por ellos al entrar a clase pero nadie supo contestarle pues no habían dicho nada al resto de compañeros. Esperó al final de la clase para llamar a sus respectivos padres y abuela antes de dar la voz de alarma general. Les contó lo de su escapada durante el recreo y tanto los padres de Gameto como la abuelita de Cascanueces no sabían nada ya que no habían vuelto a verles desde que salieron  de casa por la mañana para ir al cole; así pues, esperarían  a preguntarles cuando fueran a comer. Pero tampoco regresaron a sus casas  a mediodía.

Por ello, Doña Dentona avisó corriendo al colegio y desde allí a toda la aldea a través de Doña Paloma, el ave mensajera que se encargaba de dar los comunicados a los padres sobre cualquier asunto concerniente a sus hijos; pero ninguno de ellos, sabía nada acerca del paradero de los dos desaparecidos. Desde la alcaldía y a través del señor Pregón se anunciaron batidas de búsqueda por todos los rincones y alrededores de la aldea a partir de las siete de la tarde ; a esta hora terminaba la función del circo y todos los habitantes estarían disponibles para echar una mano a las familias afectadas.
Así fue , como miles de aldeanos con luciérnagas en la mano, se lanzaron a una frenética búsqueda por todos sitios: Las lagunas y lagos , los jardines y bosques , por la playa … pero todo fue inútil. Decidieron ir a dormir y proseguir la búsqueda a la mañana siguiente.
Al amanecer , ya todos en la aldea estaban al tanto de lo ocurrido , corriéndose la voz también a las aldeas más cercanas a través de la emisora de Doña Cotorra y a través del periódico de la zona “ La voz de la comarca “ dirigido por Don Pluma , un pájaro carpintero de Villa Cantora , la aldea más cercana del lugar. Ahora solo quedaba esperar…

La aldea al completo estaba consternada por el suceso pues hasta el momento nunca había pasado nada que viniera alterar la calma y el orden en el lugar. Todo lo más, algún susto con Sardinillo, el hijo de Doña Salada , la una sardina muy fina y “ pija” casada con un pez muy salado llamado Don Boquerón.  Sardinillo y sus pandilla,  siempre andaban metidos en líos porque siendo juguetones y pizpiretes  y al no ver peligro en ningún lado  a veces se alejaban demasiado de la playa , se lanzaban al mar sin protección y  saltando entre las olas de la costa despistaban a los socorristas con el consiguiente susto para ellos y sobre todo para sus madres. También algún disgustillo por alguna que otra pelea provocada por ellos o  la pandilla de sus rivales, unas medusas muy gamberras encabezadas por Ventoso , el de más mala uva, cuyos ataques venenosos les dejaban picaduras y escozores que duraban varios días.
Todos en la aldea lamentaban  la ausencia de los dos pequeños , la que más Doña Cigüeña , la vieja comadrona que había ayudado a sus madres a traerles al mundo o el Señor Pérez, el dentista y viejo ratón quien había visto perder sus dientes de leche uno a uno a todos las crías de la aldea. Pero sobre todo su maestra quien les quería muchísimo. Los pequeños acudieron a la escuela al dia siguiente de la desaparición con caras tristes y algunos incluso echando alguna lagrimita por sus amigos ausentes. La seño Presu , les consolaba como podía pero ella misma era presa del miedo por lo sucedido y más aún  cuando se dio cuenta al pasar lista que faltaban otros dos de sus alumnos; en este caso se trataba de Leopoldo y Leocadia,  dos leones gemelos nietos de D. Leonardo, el alcalde. 

¡No podía ser! Se dijo la seño – y alarmada dejó a los pequeños al cuidado del señor Malagüero , el cuervo vigilante de la escuela que siempre merodeaba alrededor de las clases cuando adivinaba algún mal presagio. Mientras, fue corriendo  al despacho de Don Memorión para que personalmente diera la noticia a los padres y al mismo alcalde. Don Leonardo acudió personalmente a la comisaria donde D. Agudo el comisario jefe , mandó llamar de inmediato a los detectives más eficaces en casos de rastreo , los ya conocidos Sabueso y Perspicaz; estos acudieron velozmente y prometieron ponerse de inmediato al frente de esta investigación. Estaban asustados pues habían puesto en ellos toda su confianza y no querían defraudar a la aldea. Nunca antes  se habían visto envueltos en un caso de tanta envergadura; como mucho algún caso de robo en la granja de D. Kiriko por parte de Guanteblanco , el viejo y astuto  lince o algún caso de vandalismo aislado en las tiendas del barrio. Sabueso y Perspicaz, comenzaron rastreando las inmediaciones de la escuela, los parques próximos y entrevistaron a los padres y a todos los amiguitos de los cuatro desaparecidos tanto del cole como de sus respectivos barrios. Nadie les había visto desde ese día. Nada, ningún  rastro ni pista que seguir.
Viendo la dificultad del caso, incluso se atrevieron a pedir ayuda y consejo a Don Ermitaño, el viejo lobo que decidió por propia voluntad dejar la aldea marchándose junto a su familia a las colinas del bosque ; pretendía alejarse de la civilización y  dedicarse a la meditación. Era un lobo solitario pero de gran corazón  y buenas intenciones. Era muy sensato e inteligente y muchos se acercaban hasta su guarida para pedirle algún consejo. Aunque en este caso,  no imaginaba que podría haber pasado, les recomendó seguir la pista del circo pues había oído que se acababa de instalar en la aldea por varios días.

¡ Por qué no empezáis por ahí ?- Les dijo el lobo - No ha desaparecido solo un pequeño sino dos primero y otros dos después . Siendo crías y juguetones quiero pensar que se hayan sentido atraídos por las luces y el bullicio de  la carpa; una vez allí, se habrán entretenido jugando y temerán la reprimenda de sus padres… Tal vez, la chiquillada se quede sólo en un susto, como en otras ocasiones. Los detectives le agradecieron su opinión que les pareció harto posible y se marcharon de allí; la verdad es que tras su primera visita al circo por el rumor que empezó a correr en toda la aldea, no habían vuelto a pensar en esa posibilidad. A primera hora de la tarde, se dirigieron, pues, dirección al recinto ferial donde ya estaban ultimando los preparativos para su próxima función circense de las cinco de la tarde. Decidieron colarse por la parte de atrás, entre bambalinas suponían estarían ensayando los artistas  para la función; de repente, hubo algo que llamó la atención de Sabueso: Junto a un grupo de chiguaguas bailarines, que supusieron estarían ensayando su número circense, se encontraba una cría; lo increíble es que no era una cría animal como los de la  aldea; ésta tenía un aspecto humano como los que habían encontrado en sus archivos cuando saltó el rumor  de la presencia de habitantes de Villa Humana en el circo.