miércoles, 19 de agosto de 2020

La engreída rana Jana


Croaba sin parar, día y noche, una rana muy altiva*
quien, siendo una renacuaja*, ya se tenía por diva.

Vivía en una laguna que apodaban <<La adorable>>
donde todos la conocían por ser una insoportable.

Despreciaba a sus iguales e invadía sus espacios,
pues se creía la más bella y la diosa de los batracios*.

Miraba a otras ranitas por encima de sus ancas;
para ella eran todas feas y gordas hasta las trancas*.

De algunos admiradores se mofaba con cinismo*;
repudiaba* a los obesos y a gafotas con estrabismo*.

Cuando algún mozo educado, le piropeaba a su paso,
Jana se inflaba cual globo, sin hacerle ningún caso.

De todos sus pretendientes destacó siempre Luciano:
tal era su entusiasmo que le pidió a Jana su mano.

El pobre no era agraciado y estaba un poco fornido*,
en cambio era encantador, muy amable e instruido*.

Jana lo rechazó, burlándose de su noble oferta,
además de carcajearse, lo injurió* diciendo presta:

Pero, ¿Tú que te has pensado infeliz y horrendo sapo?;
¿Crees que yo voy a fijarme en alguien grueso y retaco?  

En vez de odiar a la rana por su trato y su desdén*,
siguió adorando a la necia*, diciéndole a todo amén.

Conoció la rana un día a un cocodrilo re-guapo,
con los ojos amarillos y la sonrisa de un chulapo*.

Ella cayó en su hechizo, pues era un seductor nato
y prometiéndole la luna, él solo la veía en su plato.

La arrogante se creyó toda su historia de amor falsa,
pues llenándole de arrumacos*, ella estaba en su salsa.

En una quedada al  sol, el cocodrilo invitó a la sapilla;
proponía un paseo en su lomo y besarla en la mejilla.

Jana cayó en su trampa, pues ya estaba enamorada
y cuando se disponía a saltar, él abrió su boca dentada.

Entregada ya a su “coco”, creyendo en su faso idilio*,
no le dio tiempo a llamar ni a gritar pidiendo auxilio.

Más acertó a pasar por allí, Luciano, su fiel galante*
quién, logrando rescatarla, desenmascaró al farsante.

Fue salvada de muerte segura y Jana captó la obviedad*,
agradeciendo al bravo sapo, le prometió una oportunidad.

Lo está conociendo ahora, pues aprendió una gran lección:
<<La apariencia no es importante, si se tiene un buen corazón>>.

<<Ser guapo es un don superfluo*, pues la belleza exterior no dura;
      la que cuenta es la beldad* del alma, pues esa siempre perdura>>.
 
 ©Vegalur


Diccionario de significados
*altiva: Altanera, soberbia
*renacuajo/a: Pequeña (En el caso de los anfibios, fase de larva o cría)
*batracio: Anfibio (Grupo de vertebrados como las ranas o sapos)
*hasta las trancas (Expresión): Hasta el límite, hasta el máximo
*cinismo: Desvergüenza o descaro en el mentir
*repudiar: Rechazar
*estrabismo: Defecto de los ojos, bizco
*fornido: Robusto, fuerte
*instruido: Culto, con formación
*injuriar: Insultar
*desdén: Menosprecio, indiferencia
*necia: Ignorante, boba
*chulapo: chulo
*arrumacos: Demostración de cariño, hecha con palabras o con gestos
*idilio: Relación amorosa, romántica e intensa
*galante: Atento, educado con el sexo opuesto
*obviedad: Evidencia
*superfluo: Inútil, vacío
*beldad: belleza, lindeza, hermosura