Se suele
decir y se tiende a pensar que los habitantes de los países nórdicos y del
báltico son de carácter frío, introvertido y de difícil relación. Esto se basa
en que son sociedades cerradas, influidas por los largos y oscuros inviernos
que les obliga a estar en casa por largas temporadas y, en el hogar, es donde se lleva a cabo la
mayor parte de las relaciones sociales.
En cambio, todos los “rankings” que
clasifican los países más felices del mundo están encabezados desde hace tiempo por países nórdicos. En 2019, los cuatro primeros puestos son para Finlandia,
Dinamarca, Noruega e Islandia…¡Y eso que hace frío! O quizás es que son las bajas temperaturas
las que llevan a apreciar otro
tipo de situaciones en nuestro día a día que les permite ser
felices.
'A priori', los ciudadanos de los países
nórdicos deberían estar condenados a pasar la mitad del año tristes y desesperados por ver la luz
del sol. Los fríos y oscuros inviernos escandinavos, sin embargo, no les pasan
factura sino que son la causa que permite buscar el antídoto para ser feliz. Y
está claro que, en estos países, lo han encontrado: Viven felices creando entornos acogedores ,
dotándolos de comodidad,
y rodeándose de gente para pasar sus ratos de ocio ya que las relaciones
sociales ayudan a reducir el estrés y la ansiedad.
Y todo tiene que ver con el "koselig": Desde la tranquilidad a la ausencia de estrés, pasando por la
compañía, el lugar en el que nos encontramos o lo acogedora que sea la
situación. Incluso estar en contacto con la naturaleza y la alimentación tiene que ver, definitivamente, con
este concepto que provoca
felicidad. Por todo esto, quizás pasar una temporada en Escandinavia no
vendría mal.
Para muestra, una dulce estampa de
varios nórdicos en su día a día compartiendo su tiempo , sus actividades de
ocio, su entorno y cultivando tantos sus relaciones amistosas como amorosas…