viernes, 17 de diciembre de 2021

El alegre mundo submarino

Pececitos de colores, habitantes del fondo del mar;

son la alegría del huerto, en su mundo tan singular.

 

Del planeta, el más azul y también más misterioso;

de belleza sin igual, pues es variopinto y grandioso.

 

Todos campan allí, compartiendo juegos y danzas;

ocultos entre arrecifes de corales, hacen chanzas.

 

Son una familia grande, muy especial y hedonista;

forman un grupo exótico, expresivo y policromista:

 

Tenemos al pez payaso, bromeando a todas horas,

al pez loro que no calla y, al ángel, que no ignoras.

 

Hay un pez mariposa, un siamés y un pez arlequín;

 un pez disco, un pez lija y un amarillo pez mandarín.

 

También uno que se hincha, conocido como el globo;

otro es un arco iris, otro un  sapo y otro un pez lobo.

 

Unos son venenosos como el pez león o escorpión

y otros son algo feos como el pez gota y el  borrón.

 

Los hay con rayas y manchas como los peces ballesta,

obesos como el pez luna y el cofre con forma de cesta.

 

Raritos son el pez hacha, el diablo, o el pez piedra;

además del pez linterna, el pez pipa y el pez sierra.

 

Ideal es el hipocampo, único por su forma de equino;

fascinante es el pez abuela , bicolor, brillante y divino.

 

Su océano es inmensa pecera, sin límites ni fronteras;

los peces en él son libres, pues no existen las barreras.


Este paraíso de agua, tan sorprendente y atractivo,

 es, para los humanos, un pasatiempo muy adictivo.

 

Quisiera, por un momento, poder ser un pez de mar:

 por contemplar tanta belleza y con la tierra comparar.

©Vegalur







      






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