Este popular refrán nos recomienda:
- Ante el envidioso, siempre sonreir
- Dar importancia solo a lo verdaderamente
importante
- Continuar con nuestra vida, haciendo caso
omiso a las críticas, burlas o habladurías de los demás.
Nuestra ratita protagonista sigue practicando su danza,
sonriente, ante las miradas malintencionadas
o envidiosas de sus dos compañeras. Ella no da importancia alguna a
ésto, pues lo más importante para ella es conseguir su objetivo: Conseguir ser
una buena bailarina y, si es posible, la mejor!!!...
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